Llegado será el día en que el cuerpo se rebele Feliz ante el alma.

sábado, 11 de junio de 2011

Exercise

Sucedió así: me desperté, me senté en la cama mientras bostezaba, me paré y me dirigí al escritorio y encendí la computadora. Luego, qué estaba más cerca? la cocina o el baño?: fui a la cocina a poner la pavita de agua en el fuego, y de allí me dirigí al baño. Meé, me cepillé los dientes, me lavé la cara y salí. Me senté en la maquina con el oído atento al chillido del agua antes de hervir. Abrí el Word 2003, y miré por un instante la hoja en blanco, el cursor titilaba solo en el lado izquierdo de la hoja.
Me disponía a transcribir mi sueño, ya que hace unos días vengo haciendo lo mismo, me levanto y repaso los sueños para no olvidarlos, escribo una especie de enciclopedia onírica, Por ahora es  tan solo un mero ejercicio intelectual. Recuerdo la historia del poeta que dormía con un cartel que dictaba: “No molestar poeta trabajando”.
Voy de a poco construyendo el sueño o mejor dicho tratando de tergiversarlos lo menos posible; me interrumpe el silbido agudo del agua en el fuego, y me dirijo a la cocina, en el camino el gato se me cruza entre las piernas, maullando, levantando la cabeza; me desvío unos segundo del camino, voy al mueble de los platos, y en puntas de pie alcanzo el alimento del gato, se la sirvo en su plato y vuelvo a la cocina, bajo la llama de la hornalla, y me cebo el primer mate, vierto el agua de la pava en el termo que está siempre a manos, y me llevo el mate al escritorio.
Sorbiendo de a poco el primer mate, que siempre tiene ese saborcito intenso y amargo, pienso el sueño de la noche...: lo transcribo: 
Sucedió así: me desperté, me senté en la cama mientras bostezaba, me paré y me dirigí al escritorio y encendí la computadora. Luego…

                                                                                  Julio Vgs

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